Hoy, mi hijo mayor, Leonardo, ha cumplido 40 primaveras. Un día de alegría, sin lugar a dudas. Recuerdo que hace 40 años cuando nació, no estaba al lado de su madre para tan feliz acontecimiento por motivos profesionales. Sin embargo, fue un gran día, y en su honor repicaron las campañas de La Giralda como obsequio del entonces Arzobispo de Sevilla, Cardenal Bueno Monreal, amigo personal de muchos años.
En contraste, hoy ha muerto en las Islas Baleares un senegalés de 28 años (la misma edad que tenía yo cuando fui padre) porque el sistema de salud vigente en ese territorio, y no se si en el resto de España, le impidió recibir la atención médica necesaria por su enfermedad, la tuberculosis. http://www.publico.es/454741/muere-en-mallorca-un-inmigrante-sin-papeles-al-que-se-le-nego-la-atencion-sanitaria
A punto de cumplir los 68 años, pienso si esta sociedad en cual vivimos ha perdido el norte que se requiere para poder ser calificados como seres humanos.
¿Dónde esta la justicia de que uno tenga alegría el día 4 de mayo de 2013 y otro yazca en su lecho de muerte?
Siento un mudo dolor de impotencia porque enseñé a mis hijos a tender la mano al necesitado y compartir lo que pudiesen con aquél que se mereciera su ayuda. Hoy, no estoy tan seguro que el ejemplo que está dando la sociedad a otro Leonardo, mi pequeño nieto, sea el adecuado para que comprenda los consejos que su padre le está dando, todo aprendido de sus padres que siempre fueron seres humanos ante todo.
THOUGHTS .... PENSAMIENTOS 